¿La vida o la propiedad?
ESCRIBE FLAVIA COELHO
Si ponemos en un orden lógico esos valores, nuestra vida es más importante que nuestros bienes y así lo reconoce la Constitución cuando en el artículo 7 pone la vida en primer lugar.
Sin embargo, las normas penales disponen una pena mínima de dos años para el homicidio, de cuatro años para la rapiña y ocho para el copamiento.
Una incoherencia que habría que adecuar a la importancia que se le atribuye a cada cosa y que dice mucho de nosotros.