octubre 10, 2024

Cepal ve «potencialidad» turística en hidrovía Uruguay-Brasil tras presentar informe organizado por la IDR

La Intendencia de Rocha solicitó en marzo de 2022 a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas “el análisis del proyecto de impulso a la navegación comercial de la Laguna Merín, para lograr una interconexión fluvial y lacustre que permita unir al este de Uruguay con el sur de Brasil”, mediante la conexión de las lagunas Merín y de Los Patos a través del canal San Gonzalo. El estudio que fue presentado este martes en Montevideo, un mes después de que el gobierno de Brasil incluyera en su programa de inversiones prioritarias el dragado y balizamiento de la Laguna Merín para concretar la hidrovía, concluye que la iniciativa revela “una gran potencialidad de captar pasajeros mediante una oferta a medida del turismo brasileño”.

La Cepal asegura en su estudio de prefactibilidad de 253 páginas que “se trata de un proyecto estratégico para avanzar en la integración regional en el Cono Sur, ya que consiste en una nueva conexión física entre tres países de la región, que apela a una modalidad de transporte mucho más ecológica y eficiente que la alternativa actual”, y recomienda “continuar adelante con los estudios de factibilidad correspondientes”.

El director de la Unidad Logística e Infraestructura de Cepal, Ricardo Sánchez, destacó en un video que presenta las conclusiones del informe de prefactibilidad que “el proyecto ha tenido el apoyo y el interés manifiesto de la Cancillería de Brasil”, y consideró además que “necesariamente se va a ir integrando el Río de la Plata, porque muchos de los pasajeros y turistas que puedan venir como se espera del sur de Brasil no solamente pasan por Uruguay, sino que finalmente también van hacia Argentina”, por lo que la iniciativa conformaría una mejora de la conectividad de carácter “sostenible para estos tres países de América del Sur”.

Si bien Cepal advierte en el documento que “las cargas serán el punto fuerte del proyecto”, como se previó inicialmente, agrega que “se ha observado una gran potencialidad de captar pasajeros mediante una oferta a medida del turismo brasileño, aunque también en sentido sur-norte, con un mercado potencial de 14 millones de personas que habitan en el Área de Influencia Ampliada del proyecto”.

Para Cepal, “tal potencialidad de una implementación gradual de tráficos con trasbordadores que transporten pasajeros, automóviles, camiones o sus carretones, posibilitará la exploración de la navegación transversal y el aprovechamiento de los tráficos preexistentes de la laguna de los Patos, que pudieran incorporar a sus itinerarios actuales una escala portuaria en la laguna Merín”.

Posible inversor

De la presentación de este estudio de prefactibilidad en el anexo al Palacio Legislativo participaron el intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, el ministro interino de Ambiente, Gerardo Amarilla, y el subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Juan José Olaizola, entre otras autoridades. El empresario Juan Carlos López Mena, presidente de Buquebus, presenció la exposición entre el público, en primera fila, junto al diputado rochense por el Partido Nacional, Milton Corbo.

La presencia del llamado zar del Río de la Plata no pasó desapercibida. El intendente de Rocha considera que López Mena “es un actor clave en el transporte fluvial de pasajeros”. “Tiene el estudio de Cepal en su poder y nos dijo que lo había estado analizando detenidamente y que iba a realizar las evaluaciones del caso”, informó Umpiérrez, quien adelantó que el informe se presentará próximamente en Porto Alegre a empresarios brasileños, otros potenciales inversores.

Antes de la presentación pública del estudio, Umpiérrez se reunió con López Mena para adelantarle las conclusiones de la Cepal. Semanas más tarde, el 18 de agosto, el empresario mantuvo otra reunión para conocer en mayor profundidad el tema, esa vez con el coordinador de Inversiones Estratégicas de la Intendencia de Rocha, Nicolás García.

Umpiérrez dijo que, tras el impulso dado por Cepal, la intendencia encargará “un estudio de factibilidad a fondo con un préstamo no reembolsable de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina”. El intendente estima que “esto tendría que terminar en una licitación pública binacional”.

Beneficios

Cepal analizó estudios previos para revisar “los beneficios potenciales del proyecto” y concluyó que existen “expectativas importantes” en cuatro áreas: reducción de los costos operativos del transporte, disminución de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el incremento de la superficie productiva, y el ya mencionado apoyo al desarrollo de servicios turísticos.

En cuanto a la reducción de los costos operativos de transporte, estima que para una carga de 1.500 toneladas entre Tacuarí (potencial puerto próximo a la ribera uruguaya de la Laguna Merín) y el puerto de ultramar, el costo por tonelada se reduce de US$ 22 por carretera (hacia Montevideo) a US$ 10 por modo fluvial (hacia Río Grande), y para una carga de 3.000 toneladas, se reduce de US$ 22 a US$ 6,56 para los mismos puertos.

Sobre la reducción de las emisiones contaminantes, Cepal plantea que para transportar 1.500 toneladas por modo fluvial hasta el puerto de Río Grande se emiten 21 veces menos kilogramos de CO2 que por el carretero hasta Montevideo, y para transportar 3.000 toneladas, se emiten 42 veces menos kilogramos de CO2.

Los técnicos estimaron además que “el incremento de la superficie productiva” asociada a la hidrovía “podría expandirse un 274% hacia 2030, desde 350 mil hectáreas hasta 960 mil, permitiendo un mayor aprovechamiento del área y su producción”.

“Están dadas las condiciones para avanzar decididamente con los siguientes estudios para la materialización del proyecto de la Hidrovía Uruguay-Brasil y el desarrollo de nuevos y modernos servicios de logística, movilidad y turismo”, concluye la Cepal en su informe, y agrega que “tiene la capacidad de potenciar el atractivo turístico del Uruguay con el desarrollo de nuevas propuestas basadas en los atributos de la región, como el turismo rural y gastronómico, turismo activo, turismo cultural y antropológico”.

Los técnicos observan, “de forma preliminar, la conveniencia de ubicar una terminal portuaria, de características a ser analizadas en su debido momento, en el extremo sur de la laguna, en el sector uruguayo, de manera de extender el aprovechamiento de todo el espejo de agua”. El informe propone que, de acuerdo con iniciativas preexistentes y con la posibilidad de creación de nuevos circuitos, se consideren las siguientes alternativas para la instalación de una terminal: las proximidades de Chuí/Chuy (arroyo San Miguel, río San Luis en Uruguay y Santa Vitoria do Palmar en Brasil), el río Cebollatí, el Tacuarí y el Yaguarón.

Además, recuerda que “el turismo receptivo de Brasil ha crecido con un incremento medio anual del 5,8% entre 2010 y 2019, alcanzando en 2019 un total de 544.408 visitantes”. En la vía contraria, 345.776 residentes uruguayos viajaron hacia el país norteño en 2019. En ese marco, “el tráfico de pasajeros, automotores particulares y camiones de carga, podría ser atendido perfectamente por embarcaciones de última generación, ya que las dimensiones de la esclusa de San Gonzalo permiten la navegación de la mayoría de los buques tipo ferry o combinados ferry/Ro-Ro, que realizan este tipo de servicio en lagos y ríos de distintas partes del mundo”. Ro-Ro es un acrónimo del término inglés roll on-roll off, con el que se denomina a todo tipo de barco que transporta vehículos.

El coordinador de Inversiones Estratégicas de la Intendencia de Rocha, Nicolás García, advierte que entre 150 y 180 camiones por día entran a Uruguay por Chuy con cargas, y que la mayoría podría abaratar costos usando la vía fluvial.

A su vez, García manifestó que la hidrovía podría habilitar la modalidad de “microcrucerismo” de dos o tres días, con embarcaciones con camarotes que recorrerían las lagunas y el canal San Gonzalo desde Porto Alegre hasta el este de Uruguay. Podrían llegar incluso a la Isla del Padre en el río Cebollatí, un área protegida departamental propiedad de la Intendencia, a la que define como “el reducto más parecido a la Amazonia al sur del continente”.

*Fuente: El País