¿Qué hacer por la Cultura de Rocha?
Escribe Darío Amaral
“Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)
Ante todo, al momento de diseñar políticas culturales efectivas, (lo hemos señalado en reiteradas oportunidades), se hace necesario considerar y conocer la variedad cultural de sus destinatarios, la potencialidad del territorio y la multiplicidad de instituciones, (oficiales, privadas, comunitarias, asociaciones intermedias, comisiones, etc.), que interactúan en las localidades a intervenir.
En Uruguay y específicamente para nuestro departamento, hemos de pensar las políticas culturales y su gestión en función de la mayor inclusión social posible, porque no tenemos mejor opción de progreso y equidad, aunque lo parezca: una gestión que opere con un sentido restringido o elitista (en artes, literatura, patrimonio, espectáculos) indefectiblemente contribuirá a ampliar las brechas de desigualdades sociales, en lugar de saldarlas. Por más que un buen desarrollo de dichas actividades, propicie la circulación económica e incorpore más gente al circuito producción-difusión- consumo; una gestión de cultura responsable reclama, por tanto, la capacidad de definir objetivos y rediseñar un proyecto como eje y metodología de acción empática y/o en consonancia con la ciudadanía, así como la autonomía para resolver aquellos contratiempos que emergen en la ejecución; aproximándose creativamente a la búsqueda de alternativas e innovación, con sensibilidad de atención al exterior y a los procesos internos de nuestro contexto. En principio hay que animarse a pensar de otra manera los vínculos entre políticas culturales y desarrollo departamental. Una gran posibilidad radica en la coordinación de acciones con otras áreas de gestión gubernamental. No se puede concebir al sector Cultura como un compartimiento estanco en un mundo cerrado sobre sí mismo. Resulta preciso establecer acuerdos con otras áreas buscando los puntos de contacto, que habrán de convertirse en nodos de avances para el departamento.
Aceptado esto, habría que pensar respecto al denominado “TURISMO CULTURAL” el cual presenta particularidades (aunque cabe la reflexión sobre si todo el turismo no es al fin cultural) en la estrecha vinculación que existe entre los dos campos CULTURA-TURISMO. Se trata de un potencial de riqueza y desarrollo existente en la capacidad de convertirlo en portador de los valores de la cultura e identidad. No sería aventurado afirmar que la diversidad cultural es el principal atractivo de los viajes. El TURISMO puede convertirse en el gran escenario del diálogo intercultural. Ahora bien, ¿cómo fomentar un turismo interesado en el patrimonio natural y cultural de nuestro departamento, respetuoso de las identidades nacionales y, al mismo tiempo, beneficioso para los procesos de nuestro desarrollo local? Ante la demanda en crecimiento: ¿el mundo de la cultura y de los servicios están preparados para responder a esa demanda? Y aquí es donde se torna fundamental que en los planes de fomento del TURISMO CULTURAL aparezca también la mirada de los gestores culturales, (conjuntamente con la de los operadores turísticos), encaminada o direccionada hacia la diversidad que es la base de nuestra riqueza real y potencial; considerando, entre otras cosas, la idea de cómo nos vendemos y ofertamos nuestros servicios tanto a los que llegan como a nuestros propios coterráneos.
El TURISMO de naturaleza, por ejemplo, se ha convertido en un verdadero ejercicio cultural, puesto que existe una correlación directa entre la memoria cultural, el conocimiento, la autovaloración y la actividad económica que se puede derivar del disfrute de los recursos naturales de Rocha. En esta clave de actividad turística la motivación esencial del visitante es aprender, descubrir, disfrutar y consumir los atractivos/productos materiales e inmateriales que residen en nuestras variadas localidades. Este tipo de turismo, (uno de los más practicados a nivel mundial), pretende esencialmente descubrir, y por ello comprende aquellas actividades atrayentes, (tradiciones, historia, balnearios, gastronomía, desfiles, ferias artesanales, conciertos, excursiones, performances, etc…), que hacen que el viajero disfrute de su viaje desde una perspectiva diferente, pudiendo conocer, en primera persona, la experiencia que ofrece la combinación entre turismo, naturaleza y cultura regional.
Basados en esta premisa, en realidad nos referimos a un campo que ofrece numerosas oportunidades laborales, sea trabajando para alguna empresa o comercio que se dedique a estas actividades o decantándose por el mismo emprendimiento cultural diversificado. El turista cultural es un viajero que elige su destino en base a la oferta cultural del mismo, y lo hace con el propósito principal de experimentar y explorar la cultura de esa región del país. Este tipo de turista es una persona ávida de esparcimiento, diversión, recreación y adquisición por los conocimientos y el trasfondo de las cosas; centrado en apreciar las expresiones culturales de una comunidad específica, (como su arte, arquitectura, música, danza, gastronomía, historia, religión y tradiciones), y ya estando ahí, deseará maravillarse y sorprenderse con cada detalle de experiencia enriquecedora, valorando siempre la autenticidad, cercanía y diferenciación que se le pueda ofrecer por lo que, para poder acercar cultura y espacios turísticos al unísono será necesario recurrir tanto a los recursos materiales como humanos disponibles,(y no disponibles también si es necesario).
La tendencia global está encaminada a que el turismo cultural siga creciendo y abarcando nuevos escenarios, ya sea revitalizando los clásicos espacios culturales, creando nuevas experiencias o sacando del olvido a espacios subestimados como nuevos recursos turísticos. Todo esto con el objetivo final de atraer y cautivar cada vez más viajeros, (o no viajeros), que conecten con esa experiencia turística que se les ofrece. Si cuenta con una planificación y una gestión turístico-cultural adecuada, ese TURISMO traerá consigo beneficios económicos, sociales y ambientales, factibles de mejorar la calidad de vida de las comunidades, así como generar oportunidades de empleo, al tiempo que se preserva el patrimonio cultural urbano y se contribuye al desarrollo de la economía creativa. Abordar el TURISMO CULTURAL y el patrimonio material e inmaterial con una mirada de economía circular es la oportunidad de trabajar sobre la sustentabilidad de los proyectos culturales integrantes de las industrias creativas. La construcción de una economía creativa pasa necesariamente por valorizar nuestra producción cultural nacional y con ello visualizar las prácticas de una determinada localidad, respetando su entorno natural. Esa autenticidad muchas veces enunciada, pero pocas veces puesta en valor en términos de identidad, heredada, construida y dinámica en cuanto a cultura viva, constituiría uno de nuestros objetivos. ¿Cómo caracterizamos las expresiones culturales? ¿Cómo caracterizar al patrimonio? ¿Cómo ponerlas en valor? ¿Cómo generamos sinergias entre todas las dimensiones? ¿Qué tipo de ciudad construimos cuando preservamos memoria, potenciamos producción cultural y además respetamos el medioambiente? Todas estas preguntas, no tendrán una única y milagrosa respuesta, pero en la medida en que definimos nuestros objetivos e intereses, sin duda nos aportarán conocimiento o insumos sobre las acciones útiles a emprender en esa dirección.
Respecto a los tipos de TURISMO CULTURAL vinculados a nuestro departamento de Rocha podríamos, para una mayor comprensión de la incidencia sostenible de este rubro, efectivamente, enunciar:
Turismo de sol y playa: avalado por la disposición natural de kilómetros de costa diversa en cuanto a sus características físicas y variedad de servicios ofrecidos.
Turismo de naturaleza y espacios rurales: Rocha cuenta con una gran variedad de paisajes naturales, como praderas, bosques, montes, lagunas, arroyos, bañados y palmares;(incluyendo además la equitación en estancias de campo).
Turismo náutico: Uruguay, y fundamentalmente nuestro departamento de Rocha posee una red hidrográfica abundante y diversa, habilitada para la práctica de diversos deportes náuticos y también para la pesca.
Turismo gastronómico y enológico: Enfocado en disfrutar de los productos gastronómicos y enológicos propios de nuestra región como pueden ser restaurantes, viñedos, ferias gastronómicas, plantaciones, etc…
Turismo musical: En este caso, se refiere a festivales o conciertos de diversos géneros musicales, procurando una asociación con aquellos géneros identitarios de nuestra comunidad, (folclore, murga, candombe), sin menoscabar y dando cabida a los restantes géneros convocantes.
Turismo patrimonial: Relacionado con el patrimonio y el arte en general, es uno de los más amplios e incluye visita y/o excursiones a museos, monumentos, cascos históricos, fortificaciones, otras edificaciones representativas de nuestro pasado, etc…
Turismo religioso: Vinculado al patrimonial, se centra en visitas a monumentos eclesiásticos como iglesias, capillas, altares, etc.
Por tanto, un proyecto cultural con estas particularidades funcionales, en estrecha vinculación con el sector turístico en el departamento de Rocha, enfocado, además, en destacar la riqueza cultural y natural de nuestra región, combinando actividades artísticas, históricas y gastronómicas con experiencias turísticas en un marco de una política sostenible, resulta fundamental, tanto para el macro-progreso departamental de la zona este, como para el afianzamiento o consolidación de diversas realidades locales,(barriales), de emprendimientos de menor porte pero, no por ello, de menor incidencia para la cotidianeidad de nuestros conciudadanos.
Aquí algunas ideas compatibles, (de TURISMO CULTURAL), con un posible proyecto que contemple los mencionados aspectos:
Posibles Objetivos:
A)-Promover el patrimonio cultural: Revalorizar las tradiciones locales, como la música, el baile, la artesanía, y la gastronomía típica de Rocha.
B)- Fomentar el turismo sostenible: Ofrecer experiencias que respeten el medio ambiente y beneficien a las comunidades locales.
C)- Impulsar el desarrollo local: Crear oportunidades económicas para artesanos, artistas de diversos rubros, promotores de eventos, pequeños o medianos emprendedores, y guías turísticos.
Actividades propuestas, (circuitos temáticos):
A)-Ruta de los artistas: Muestra de talleres, performances, galerías y murales en diferentes localidades.
B)-Ruta gastronómica: Degustación de platos típicos, carnes asadas y platos a base de mariscos locales, licores, dulces, jaleas, quesos, etc en base a productos locales naturales.
C)-Ruta histórica: Visitas a sitios emblemáticos como el Fuerte de San Miguel, la Fortaleza de Santa Teresa, Museo de Rocha, ( Rancho de Piani), estaciones de trenes, plazas, plazoletas, villas, etc.
D)-Festivales y eventos culturales:
Festival anual de música y danza folclórica en cada uno de los balnearios, corsos y tablados carnavalescos, conciertos de artistas locales, nacionales e internacionales, eventos de música electrónica, concursos de bandas de rock, etc.
E)- Talleres y experiencias interactivas:
Talleres de cestería y cerámica para turistas.
Clases de cocina tradicional.
Observación de aves y caminatas guiadas en áreas naturales protegidas.
Paseos en vehículos de navegación.
F)-Infraestructura y promoción:
Crear puntos de información turística que incluyan datos culturales.
Campaña de marketing digital que resalte las experiencias únicas de Rocha.
Disponer paseos virtuales por los puntos de atracción turística.
Colaboraciones Clave:
Gobiernos locales y el Ministerio de Turismo.
Artesanos, músicos, técnicos diversos, promotores de eventos y guías turísticos de la región.
Organizaciones ambientales para garantizar prácticas sostenibles, etc.
Nuestro enfoque referido al TURISMO CULTURAL, en definitiva, propende indagar y recurrir a aquellas herramientas a nuestro alcance, (así como a las que se encuentran a una mayor distancia), que beneficien por igual, en un circuito interactivo y autosustentable, tanto a quienes nos visitan como a sus anfitriones. En una gestión responsable que se haga cargo de ello, equilibrando el desarrollo turístico, la preservación cultural y los beneficios sociales, manteniendo la sostenibilidad y promoviendo la equidad. La posibilidad para semejante consolidación remite, al igual que en otras oportunidades, a nosotros y únicamente a nosotros.