noviembre 22, 2024

Guzmán Acosta y Lara: “Soy el verdadero Viento de Cambio que necesita el Partido Colorado, la coalición y el país”

En las próximas elecciones internas los votantes del Partido Colorado deberán decidir entre seis precandidatos a la presidencia de la República, entre ellos el ex director de Telecomunicaciones, Guzmán Acosta y Lara, que se postula por el sector Viento de Cambio, que él mismo fundó en marzo de 2022 y que en Rocha cuenta con el apoyo del alcalde de Chuy, Eduardo Calabuig, del Esc. Edgardo Saint Esteven y de Camilo Píriz, entre otros.

“El Partido Colorado debe tener su perfil y dejar de ser el mandadero del Partido Nacional, somos la renovación y el cambio, no somos más de lo mismo, yo aspiro a ser un Viento de Cambio en el Partido Colorado y también en la coalición, creo en este proyecto de coalición, pero no en este proyecto nacionalista, son cosas distintas, creo firmemente que es momento que la coalición sea liderada por un integrante del Partido Colorado y estamos en condiciones de ser ese integrante, y eso se define en junio”, comenzó diciendo Acosta y Lara a InfoRocha. “Las elecciones internas del Partido Colorado son las que van a estar más entretenidas, son en las que hay que participar, las que tienen competencia, en el resto no, por eso le pregunto a la población ¿quién quiere que en octubre compitan con el candidato del Frente Amplio, Delgado, Manini, Mieres o Acosta y Lara?, con todo respeto, no puede haber duda, yo no soy el colorado que es candidato del Partido Nacional, yo no soy el colorado que dice que su referente es Lacalle Pou, yo soy Acosta y Lara, soy distinto a todos, soy el verdadero Viento de Cambio que necesita el Partido Colorado, la coalición y el país”, agregó.

“Soy el Milei uruguayo, el Bukele uruguayo, no me molesta que me comparen”, expresó el precandidato en referencia a los presidentes de Argentina y El Salvador en temas claves como la seguridad y economía, que son sus “caballitos de batalla” en esta campaña. “En seguridad tenemos un equipo muy importante liderado por Edward Holfman, que es un especialista en seguridad que ha sido muy crítico con la gestión del Gobierno y con el tema de la seguridad. Nosotros vamos a por una cárcel de máxima seguridad puesta en un lugar estratégico en el Uruguay, para que en esa prisión para 2000 reclusos realmente estén los peores de la clase, y en condiciones, obviamente, en las que no vamos a permitir que le vayan a llevar bizcocho alguno. No le vamos a permitir a esa gente que empiecen a llevarle cosas y que arranque ese tráfico ilegal de instrumentos. Esto no se arregla solamente con sacarle los celulares y poner inhibidores de señales. Hay que poner un régimen de conducta fuerte dentro de esa cárcel y que permitan que las visitas sean muy contadas. No le van a poder llevar instrumentos para que puedan seguir delinquiendo desde afuera. Esa gente tiene todo el derecho a rehabilitarse, pero va a ser muy difícil si no le ponemos disciplina y si no los hacemos trabajar. Creo que el concepto dual que maneja el Ministerio del Interior es un poco inocente. Si queremos rehabilitar a la gente no puede seguir como encargado del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) un policía, por más experiencia que tenga”, señaló.

¿Alguien está hablando del costo político que tiene el Uruguay? Todos hablamos de lo caro que es el Uruguay, pero antes de empezar a bajar otras cosas que hagan que el Uruguay sea más competitivo, primero bajemos el costo político, ¿cómo con un país de tres millones y medio de habitantes tenemos 14 ministerios? ¿cómo tenemos 19 intendencias? ¿cómo tenemos ciento y pico de alcaldías? Tenemos muchos cargos políticos que lo único que hacen es engrosar el costo del Estado y generan obviamente un costo adicional. Lo que yo digo es empezar por el costo político. Yo no le puedo pedir a la gente que se ajuste el cinturón, si los políticos están con el cinturón suelto, entonces vamos al costo político. ¿Cuál es el costo político? Bajar a ocho los ministerios, aunque esto no solamente es un tema de plata, también es un tema de gestión, porque bajando de 14 a ocho vamos a tener varios ministros, secretarios y directores nacionales menos. Las direcciones fundamentales de esos ministerios, las esenciales, se tienen que mantener, hay otras que las voy a eliminar, porque terminan siendo cargos políticos y de confianza, así como asesores, pases en comisión y contratos. Todo eso da a una cifra aproximada de ochenta millones de dólares por año”, terminó diciendo a InfoRocha.